Mis lágrimas cayeron como pétalos
de esta primavera deshojada;
como gotas de agua salada
de este mar de amantes ahogados
por sus corrientes desesperadas
en batalla con nuestras alas
que dejaron de volar hace años.
Cómo antes lo hacían los pájaros,
visitantes de nuestra ventana,
testigos mudos de las mañanas
donde tú y yo nos amábamos
entre mil sábanas blancas
tatuadas por nuestras sombras
que el tiempo ha ido borrando.
Cayeron como cae el cemento,
petrificando por siempre los daños
endureciéndolo todo a su paso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario